No hay nada mejor que ser de vez en cuando espectador. Sentarse y disfrutar de la orquesta, de los shows de los profesores. Bailar tranquilamente en la milonga, sin tener que hacerlo por compromiso. Bailar con quien uno realmente quiere bailar. Y decirle que no a quien uno no quiere tener como compañero de tanda.
Nada mejor que llegar a la milonga a la hora que uno quiera y vestido como le parezca, cansado de vagabundear todo el dia por una ciudad que no conoce y tiene tanto por descubrir, o descansado despues de haber dormido toda la tarde, o simplemente relajado despues de un dia de playa (si el Festival transcurre cerca de alguna) o de sauna (si es una versión nórdica o invernal) Y nada mejor que poder irse cuando uno se cansa, se aburre, o se le ocurre algo mejor para hacer.
El fenómeno de los festivales en Europa sigue en aumento. Cualquier profesor o escuela con algunos años de trayectoria en una ciudad y un número respetable de alumnos y conexiones locales se embarca en esta aventura incierta. Los primeros años son difíciles, pero dependiendo fundamentalmente de la ubicación, se puede arribar a buen término y lograr un festival exitoso.
Por qué lo de la ubicación? Bueno es obvio que, de poder elegir unos días de vacaciones de tango uno prefiere el Mediterráneo al frio norte. En otros casos el parametro "ubicación" funciona en el sentido de ciudad con gran cantidad de buenos bailarines, por ejemplo Berlín. En otros casos funciona en el sentido de ciudad capital que brinda múltiples opciones de viaje y alojamiento para todos los presupuestos, por ejemplo Madrid o Paris.
Obviamente que no es la ubicación el único factor que cuenta. También es la calidad del producto que se ofrece, calidad determinada mayormente por los profesores convocados.
Viviendo en Suecia he podido observar el crecimiento del Festival Tangocamp, oriundo de ese país, que ahora tiene otras tres versiones, Dusseldorf, Grecia y Roma. Este crecimiento ha significado mayores ganacias para la organización, lo que ha significado elevar aun más el nivel de los profesores, si es eso posible ya que siempre ha convocado primerísimas figuras (y con esto me refiero puntualmente al hecho de haber sido convocado Naveira en la versión 2007) Pero paralelamente esto no ha influido en el nivel del festival (y hablo solamente de la versión sueca a la que he podido asistir) Muy por el contrario, el nivel general de baile en la pista resultó más bajo que años anteriores. Y esto seguramente se debe a que los tango-fanáticos que venían de toda Europa al Tangocamp de Suecia atraídos por los profesores de primer nivel, ahora seguramente tienen a ese mismo plantel de profesores en otro Tangocamp que les queda más cerca. El resultado: menos buenos bailarines, menos posibilidades de intercambio con bailarines de otros países, muchos más principiantes e intermedios en la pista, y menos avanzados o profesionales.
Sin embargo siguen existiendo festivales que son clásicos, por trayectoria, por ubicación, por calidad, como el Festival de Sitges, donde he podido participar como profesora, pero también he podido disfrutar de las actividades paralelas al festival, a las que me integré como una participante más, como en la milonga en la rambla después de la milonga oficial. Creo que esa ha sido una de las pocas sino la única oportunidad donde pude disfrutar un festival como artista y como participante. Tal vez por eso lo he disfrutado tanto.
Pero volviendo al espectador del festival...Qué cosas cuentan para él?
Información clara, concisa y completa en folletos y página web (fotos del lugar, su entorno, lugar de clases y milonga) . Toda la información lo más anticipadamente posible ( queda excluido entonces el "más información proximamente....") Flexibilidad y múltiples alternativas de inscripción y pago. No sorpresas cuando uno llega, de ninguna índole, ni económicas, ni cambios en el "schedule" ni ausencias de profesores u orquestas por más justificada que sea la causa.La información clara incluye la persona a la que dirigirse por consultas, que sea alguien identificable con nombre y apellido.
Para los que quieren tomar clases posibilidades de inscribirse en ellas solo y no verse obligado a inscribirse a través de un foro con una pareja que solo conocerá el día de la primera clase ( uniendo dos conocidos dichos "mejor solo...que bueno por conocer")
Respuestas rápidas y precisas de los organizadores a CUALQUIER tipo de pregunta (y remarco esa palabra porque la gente puede llegar a preguntar las cosas más ridiculas que se les ocurra, por ejemplo: que tipo de calzado llevar para una clase con "fulanito")
Poder llegar fácil, lo más directo y económicamente posible, pero con muchas alternativas para que quien quiera viajar con compañias más costosas pueda hacerlo. Conexiones locales fáciles desde el aeropuerto hasta el festival. Muchas posibilidades de alojamiento para todos los presupuestos, y no estar obligado a alojarse en el hotel del festival que cuesta ciento cincuenta euros por día por persona porque no hay otro alojamiento en 10 km. a la redonda. Ofrecer un servicio de taxis por una compañia en especial para comodidad y seguridad de todos. Lugares de interés en la ciudad o entorno del festival, para los que sólo van a la milonga y quieren hacer turismo durante el día.
Clases que empiecen a horas razonables, no a las nueve de la mañana cuando la milonga terminó a las seis. Pausa de al menos una hora y media al mediodía para almorzar y recuperar fuerzas. Y clases que no terminen a las ocho de la noche si la milonga empieza a las nueve. La ambición de los organizadores de querer programar excesivo número de clases juega en contra del nivel del festival, y lo que resultó mayores ingresos en el festival actual redundará en menores ingresos en en futuro: si la gente esta cansada no disfruta de las milongas y piensa dos veces si asistir el año entrante.
Poder elegir a los profesores, y no tener que comprar paquetes cerrados. Los programas ambicios, de doscientas clases distintas con seis niveles, suelen desorientar y la gente termina anotandose en cualquier cosa, sólo porque se aburrieron de leer el programa. Y esto no hace más que entorpecer las cosas porque no están a nivel para la clase y atrasan a los demás, o no es lo que querían y se aburren. O ni siquiera leyeron acerca del estilo que maneja el profesor o del tema de la clase y preguntan cosas que están fuera totalmente de la propuesta.
Es bueno ofrecer distintos estilos. Eso aumenta el mercado de público potencial y genera diversidad en los asistentes, novedad en los shows y mantiene vivo el interés para el año siguiente.
La logistica tiene que ser perfecta. Cada persona que trabaja en el festival tiene que entender y cumplir eficientemente su rol. Si existen identificaciones o tickets de milongas o comidas o acceso a clases todo debe ser legible fácilmente, imposible de malentender.
La música es fundamental, tanto las orquestas como los Djs. tienen que ser muy buenos. Parece una obviedad pero no lo es. Muchos Djs. especialmente europeos, en pos de ser innovadores hacen desastres con las tandas e incluso con las cortinas. Y la música es en gran parte la que determina el bienestar o malestar general. La música tiene que ser variada y mostrar distintos estilos, distintas orquestas y períodos.
Los lugares deben ser cómodos, ventilados e iluminados adecuadamente. Buen piso. En la milonga todos tienen que contar con un asiento. Y repito nuevamente: parecen cosas obvias pero no lo son. Me ha sucedido de ir a festivales donde no he tenido una silla para sentarme hasta las tres de la mañana, y tener que compartir la misma silla con varios. Y me ha sucedido de casi no poder entrar a la milonga por falta de espacio, como en el Festival de Copenhage del 2006 y de ver como gente que había venido de Francia sólo pudo entrar a la milonga la última noche del festival (error de planeamiento que este año 2007 los organizadores han subsanado con un lugar maravillosamente amplio)
Lugares de estar fuera del espacio de la milonga, donde la gente pueda charlar, distenderse y también hacer contactos y negocios. Mucha gente va a los festivales sólo para eso.
Lugares de estar fuera del espacio de la milonga, donde la gente pueda charlar, distenderse y también hacer contactos y negocios. Mucha gente va a los festivales sólo para eso.
Estacionamiento previsto para los que llegan en auto.
Oferta de actividades amplia. Buen ejemplo de esto son las Cumbres Mundiales de tango, que ofrecen no sólo clases y shows en teatros con entrada, o populares sin costo alguno; sino también proyección de películas, conferencias, stands de venta de todo tipo de artículos, exposiciones de plástica y fotografía, y hasta excursiones por los alrededores.
No demasiados shows por noche, por Dios!!!! He estado en Festivales que prefiero no recordar donde los shows se extienden casi una hora. Uno se pregunta, si un tango normal dura de promedio tres minutos como se llega a una hora de show... el locutor habla más de la cuenta, el equipo de música no funciona, o mucho peor aún el bailarín lleva su música en MP3 y no hay como conectarlo al equipo, mis colegas bailarines eligen temas que muchas veces ni siquiera son tangos de diez minutos de duración, uno de la pareja siguiente no aparecía porque el show empezó a una hora diferente de la prevista, etc...etc... la gente después de los veinte minutos empieza a aburrirse, y después del octavo tango ya no registra la calidad de lo que esta mirando. Creo que el máximo lógico por pareja es de tres tangos, es una cantidad que permite mostrar lo suficiente de una pareja, y que deja al espectador con el sabor de querer más. Entonces lo lógico es bailar dos, y ante el aplauso que seguramente vendrá hacer el tercero. Es bueno que cada pareja ofrezca cosas distintas dentro de su repertorio, algo tradicional, algo más moderno, pero que la diferencia no sólo radique en la música sino en el estilo y la forma de interpretarla. Y es bueno que las propuestas de las distintas parejas sean diferentes. Y es espantoso que dos parejas bailen el mismo tango, e inconcebible que incluso sea por la misma orquesta. Y es muy poco profesional que bailen en el mismo festival dos veces la misma coreografía, a menos que sea para públicos distintos. Si fuera necesario creo que el espectador agradecería más la improvisación. Y es triste que al año siguiente la misma pareja sea convocada y muestre la misma coreografía. Aunque los bailarines no pensemos en eso, el público tiene buena memoria, y se acuerda de aquella secuencia que hicimos en El huracán, tal vez porque les gustó y conocían los elementos que la componían, o tal vez sencillamente porque nos resbalamos en el momento de la sacada o se me enganchó el vestido con el taco en un voleo. Pero el público tiene muy buena memoria. O al menos el público que también suele estar en el escenario como yo.
Cuál es entonces el secreto para que algunos festivales sean tan exitosos y la gente espere ansiosamamente todo el año para volver, y otros apenas sobrevivan lastimosamente o vayan en decadencia?
Sin duda es una suma de los factores, de todos los factores precedentes. Pero no hay que olvidarse que los festivales los hace la gente que asiste. Y si la gente está de buen humor porque recibe lo que se le prometió, porque no gastó más de lo necesario, porque encontró gente interesante para bailar, compartir, y charlar, porque incluso los avatares del destino como el clima estuvieron a favor...etc...etc... entonces el festival será un éxito. Incluso si los convocados son profesores no de primera línea, incluso si el lugar del festival no es un hotel de cinco estrellas.
El espiritu del festival lo hace la gente que asiste. Los que trabajamos con el tango no deberíamos olvidarnos nunca de eso.